domingo, 7 de septiembre de 2008

Relación amor-odio con las condiciones atmosféricas predominantes

Odio este clima. Bueno, realmente no. Esta fresco, y lluvioso, y es un descanso para esta región semidesértica acostumbrada a temperaturas superiores a los 35ºC y largas temporadas secas. Para los astrónomos, no obstante, esto es intolerable. De no ser por que los elementos tomaron en consideración nuestra terquedad estaría cumpliendo dos meses de no salir a observar el cielo. Casi me da un ataque de claustrouranofobia.

Para mi fortuna, mi crisis de miedo a los cielos cerrados se vió suspendida, pues el sábado pasado Novio y yo cargamos con nuestra óptica, y nos unimos a otros valientes Astrónomos que no se dejaron intimidar por la nublazón que cubría la ciudad. Nos encaminamos a nuestro sitio de observación, y después de conversar un par de horas bajo las nubes, poco a poco se asomaron Vega, la vía Láctea, Cassiopea, y después les siguió el resto del cielo del verano, el de otoño, y recibimos la primera claridad del día con Orión alto en el cenit.

Salir a observar a principios de septiembre realmente te da lo mejor de dos mundos.

Ahora estoy más o menos desvelada, con piquetes de mosquito y contenta de no tener que resignarme a practicar astronomía de escritorio.




Le echo toda la culpa a You Tube 2.0

Primero, no publicaba el video, y después lo publicó cinco veces. No puedes confiar en nadie. En serio.